6 mar

Consejos para controlar las Emociones

1. Ver las necesidades y sentimientos

Los niños quieren tener interacciones felices y cálidas con los adultos que le rodean. Los malos comportamientos provienen de sentimientos abrumadores o necesidades insatisfechas. Si no se abordan estallarán más adelante generando otras actitudes problemáticas.

Enseñar inteligencia emocional a los niños es un proceso alentador en el que aprenden a articular sus necesidades. Cuando respondemos a sus necesidades, conectando o sintonizando con su experiencia interna, les aportamos un lenguaje con el que poder expresar lo que les pasa.

Son muy útiles los refuerzos positivos como “parece que quieres hacer esto tú solamente; sé que estás teniendo un momento difícil esta mañana”. Enseñar inteligencia emocional les ayuda a comprenderse, y aprenden a defenderse de una manera apropiada.

2. Aceptar todas las emociones

Después de la tormenta es el momento de enseñar, no durante. El niño estará más afectuoso y cooperativo. Aprenderá a desarrollar su capacidad de controlar las emociones sin dispararse. Cuando pueden controlar lo que sienten, pueden regular su comportamiento.

3. Controlar nuestras emociones

Los niños no siempre harán lo que los adultos dicen, pero con el tiempo, harán lo que estos hacen. Los niños aprenden a gestionar sus emociones como lo hacemos nosotros. Por eso cuando mantenemos la calma, les estamos enseñando que es posible tener una actitud correcta.

Mantener la sensación propia de bienestar es una de las responsabilidades más importantes de la crianza de los hijos. La mayoría de los padres lo llevamos bien hasta que nuestro hijo molesta. Es fundamental no perder la calma y entender el punto de vista del niño. No hay razón para culpar o castigar, pero sí hay que establecer unos límites firmes con empatía.

4. Inteligencia Emocional

Enseñar inteligencia emocional ayuda a los niños a conocer sus emociones. Cuando manifiestan su ira, están expresando una defensa contra las emociones más profundas como el miedo, el dolor, o la tristeza.

Reconocer con empatía la irá del niño hacia esas emociones más profundas hará que la furia desaparezca. Dejar que sepa que no es una mala persona por sentir rabia le permite aceptar su enfado como algo normal, y a moverse fuera de él en lugar de quedarse atrapado.

5. No tomar el enfado como algo personal

Sus sentimientos son confusos y tiene dificultades para controlarlos. A esto se añade su capacidad inmadura de comprender y de expresar sus emociones. Enseñar inteligencia emocional implica respirar hondo, ponerse en su lugar e intentar verlo desde su punto de vista.

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Coach Silvia Zamoramo
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