Hay cuatro pasos que debes seguir para desprender los sentimientos de culpa que te pueden haber programado desde una edad temprana.
1. Desde este momento, nunca te critiques por nada. Práctica la autocompasión. Nunca digas nada sobre ti que sinceramente no quieres que sea cierto. Recuerda, las palabras más poderosas en tu vocabulario son aquellas que te dices y te crees. Asegúrate de que sean positivas y optimistas.
Las mejores palabras que puedes decirte, una y otra vez, son: "¡ Me gustó!, ¡Puedo hacerlo! y ¡ soy responsable!". Es imposible repetir estás afirmaciones y sentirse negativo o culpable al mismo tiempo.
2. No critiques a alguien por cualquier cosa que haga o diga. Elimina la crítica destructiva de tu vocabulario por completo. Se el tipo de persona de quién " nunca se escucha una palabra desalentadora".
Haz que sea un hábito ser curioso, buscar continuamente cosas positivas en otras personas y comentar sobre eso. Cada vez que dices algo bueno a otra persona, por cualquier motivo, aumentas su autoestima, y tú propia autoestima aumenta en igual medida.
3. No uses la culpa en otras personas, sea la razón que sea. Elimina el uso de palabras y frases cargadas de culpa de tu vocabulario y de tus interacciones con tu familia y tus amigos. Nunca intentes hacer que una persona se sienta culpables por algo que haya hecho.
Los mejores regalos que le puedes dar a otra persona son amor y la aceptación incondicional. Esto significa que nunca la críticas por nada de lo que hace. Elogia, aprueba o, al menos, permanece en silencio.
4. No seas manipulado por la culpa que proviene de otra persona. De hoy en adelante rechaza cualquier intento de hacer que te sientas culpable por cualquier motivo.
Si tu madre, tu padre o tu pareja intentan hacerte sentir culpable, simplemente di: "No estás tratando de hacerme sentir culpable, ¿ Verdad?" y, permanece en silencio.
Muy pocas personas admitirán abiertamente que están tratando de manipular a otra persona mediante el uso de la culpa. Dirán algo así como: " Por supuesto que no".